Los recuerdos son como un lugar lejano.
Una imagen que se borra a cada paso que damos.
Arena que se diluye y se cuela entre las manos.
La suela que se desgasta cuanto más avanzamos.
El recuerdo lo marca la distancia.
Mirar atrás y sentir aquella nostalgia,
un olor que más que oler te hace sentir magia
o un espejo que te muestra tus carencias.
Hay recuerdos que son cicatrices,
las intentamos curar con alcohol;
y hay otros que son felices,
lo que a nuestra garganta mentol.
Pero todo eso da igual, porque están lejos.
Cuando te percatas ya han pasado volando,
te das cuenta de que todo ha ido cambiando
y de que nos hacemos viejos.
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